Nelson Valdes ha publicado cuatro
libros, ensayos académicos y artículos de opinión. Desde 1972 ha sido profesor
en varias universidades. Comenzó su carrera profesional en 1972 como Instructor
de Sociología de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Glasgow,
Escocia, y desde 1973 a 1976 fue Profesor Adjunto de Historia en la Universidad
de Nueva Orleans. Desde 1976 hasta 1991 fue Profesor Asociado de
Sociología en la Universidad de Nuevo México. Desde 1991 hasta 2008 paso a ser
Profesor Titular de Sociología en la Universidad de Nuevo México y en 2009
Profesor Emérito de la Universidad de Nuevo México. Desde 1973 hasta 2004 ha
sido Profesor Visitante en varias universidades en los Estados Unidos, en Puerto
Rico y en la Universidad de la Habana, Cuba. El Profesor Valdes tiene también
una amplia gama de experiencia administrativa en programas relacionados con la
investigación, multimedia, etc. En 1983 creó la primera base de datos
computarizada sobre América Latina y en 1991 estableció la primera base de datos
computarizada en Cuba.
5 de diciembre 2013
Presidente Barack Obama
La Casa
Blanca
Washington, DC
Estimado presidente Barack Obama,
Soy un
ciudadano naturalizado de los Estados Unidos y quiero pedirle a usted, mi
Presidente, que conmute o condone las sentencias de cuatro hombres, los cuales
son usualmente conocidos como los "Cinco Cubanos."Sus nombres son: Gerardo
Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González. [El quinto,
René González, recientemente salió de prisión después de cumplir su
sentencia].
Estoy particularmente interesado en este caso porque
considero que sus sentencias fueron el resultado de un juicio lleno de errores
que ha hecho imposible establecer relaciones normales entre los Estados Unidos y
Cuba. Permítame explicarme.
Yo nací en Cuba. La revolución cubana se
inició cuando yo tenía 13 años de edad. En Abril de 1961 yo había salido de
Cuba, sólo - sin acompañantes. Esto era parte de un programa auspiciado por el
gobierno de Estados Unidos que después se conoció como la operación Pedro Pan.
Yo fui uno de los 14 mil niños y niñas que llegamos solos a Estados Unidos. En
los Estados Unidos pasé mis años de adolescente en "foster homes;" después me
casé, tuve un hijo y una hija, y posteriormente un nieto. Trabajé como conserje
- mi primer empleo - y finalmente obtuve un doctorado en Historia y
Sociología.
Yo le estoy muy agradecido a los Estados Unidos y sus
instituciones por el hecho de que pude desarrollarme y llegar a ser alguien aún
cuando no tuve a mis padres conmigo. Hoy tengo 68 años de edad.
He
dedicado una parte importante de mi vida a estudiar el país en que nací y
también el país que hice mío, así como las relaciones entre ambos. Debido a la
ausencia de relaciones normales diplomáticas y comerciales nunca he podido -
igualmente le sucede a otros cubano-americanos - interactuar en una forma fluida
y normal entre mis dos patrias. Esto tiene que cambiar.
Considero que
existe la necesidad de tener relaciones diplomáticas normales en toda su
extensión entre los Estados Unidos y Cuba. Un primer paso debiera ser el
completo perdón de "Los Cinco Cubanos". Conozco bien el caso. Yo fui uno de los
siete académicos y estudiosos norteamericanos de ascendencia cubana que
presentamos un Amicus Curiae ante la Corte Suprema de los Estados Unidos a
favor de los acusados. Cada uno de nosotros éramos estudiosos respetados; con un
conocimiento especializado en el tema de Cuba y de la realidad cubanoamericana.
En Estados Unidos hay muchas otras personas, que como nosotros, nacidos en Cuba
o de ascendencia cubana, también apoyan el establecimiento de mejores relaciones
y se libere a estos prisioneros.
Un análisis desprejuiciado del caso, y
de las circunstancias altamente politizadas en que ocurrió el juicio, concluiría
que nuestro sistema de justicia no funcionó de la forma apropiada en este caso
en particular. Consideraciones políticas y partidarias funcionaron contra un
proceso de justicia balanceado. En esos momentos la administración del
Presidente Clinton estaba literalmente atacada despiadadamente, era una especie
de estado de sitio. Algo similar le ha sucedido a su propia presidencia. Pero
usted como mi Presidente puede hacer algo al respecto hoy en día. Absuelva a los
acusados. Hacerlo le ganaría el aprecio de los cubanos que son ciudadanos
norteamericanos así como el reconocimiento de nuestros familiares en la isla de
Cuba.
Es lo correcto por hacer. Además, significaría una profunda ruptura
con las políticas pasadas. Usted se daría cuenta que la mayoría de los
cubanoamericanos en los Estados Unidos darían la bienvenida y apoyarían una
iniciativa de esa índole. Adicionalmente, tal perdón produciría una acción
recíproca de parte del gobierno de Cuba. Ese gobierno ya ha declarado que lo
haría. Esto significa que ambas partes perdonarían uno o más ciudadanos del otro
país. Por lo tanto, su iniciativa - al mismo tiempo - obtendría la liberación
del ciudadano norteamericano Alan Phillip Gross. No es que los casos sean
similares; lo importante sería la equivalencia humanitaria de los respectivos
actos de cada gobierno a fin de iniciar un proceso constructivo de comunicación
y cooperación.
Está claro que las familias de "Los Cinco Cubanos", al
igual que la familia del Sr. Gross, quieren ver libres a sus respectivos seres
queridos. Pero además, los pueblos de Estados Unidos y de Cuba se
beneficiarían.
Estoy seguro de que si usted anunciara que el Perdón
Presidencial ocurriría, Cuba reciprocaría. Los cubanos han declarado que lo
harían. Posteriormente otras diferencias bilaterales de antaño podrían
discutirse, negociarse y - esperamos - resolverse en el futuro.
El
momento para tener mejores relaciones entre ambos países es
ahora.
Gracias por su
consideración.
Respetuosamente,
Nelson P
ValdesProfesor Emérito de Sociología.
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